TUCSON, Ariz. – Como 150 personas asistieron una manifestación al frente de la fábrica Raytheon Missile System el 16 de octubre aquí, exigiendo un fin al bombardeo de Afganistán y opuestos a planes para la militarización del espacio. La manifestación empezó con un minuto de silencio en conmemoración de los muertos y los que están de luto por ellos, causa del atentado terrorista del 11 de septiembre.

Esta manifestación era una de 110 tomando parte a través del mundo esa semana, respondiendo a un llamado hecho por la Red Global Contra Energía Nuclear y Armas en el Espacio.

Una linea de piquete con letreros y banderas cubrió la autopista, al sur de la ciudad de Tucson, afueras de la fábrica donde se manufacturaron los misiles Tomahawk que recientemente fueron disparados. Una de cada 12 personas – más de 800 en total – están empleados en el desarrollo experimental de vehículos de matar afueras de la atmósfera (en inglés “exoatmosphere kill vehicles”), un proyecto ‘Guerra en las Galaxias’ que, libra por libra, son las armas más caras hecha jamás.

Andrew Lichterman, director de programa de la Fundación Legal de los Estados Occidentales, habló de la necesidad de tratar los ataques del 11 de septiembre como crímenes contra la humanidad y seguir una resolución justa a través de órganos internacionales, en vez de una declaración general de guerra.

Sally Light, de la directiva de la Red Global, presentó a los manifestantes el plan Visión 2000, un documento de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos que presenta, en detalle, los planes amplios – y caros – para militarmente dominar el cosmos.

Jack Cohen-Joppa, integrante de Raytheon Peacemakers, el grupo de Tucson que organizó la protesta local, explicó que el grupo no se opone a los trabajadores de Raytheon, sino que está opuesto al militarismo que explota la necesidad de trabajo de buen paga para Tucson.

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