La declaración criminal y peligrosa hecha por el líder “cristiano” de extrema derecha Pat Robertson en su programa de televisión “The 700 Club” el 22 de agosto, donde llamó por el asesinato del presidente venezolano Hugo Chávez por agentes estadounidenses debe ser condenado inmediatamente por la Casa Blanca y el Congreso.

El secretario de Defensa Donald Rumsfeld dijo que esto simplemente son las palabras de un “ciudadano privado”. Pero ¿quien es este “ciudadano privado”? Él es fundador de la Coalición Cristiana. Él controla un vasto imperio informativo “cristiano”. Él es una fuerza principal en el Partido Republicano y tiene relaciones muy estrechas con la administración Bush. De hecho, Robertson ayudó elegir a Bush, movilizando grande secciones de la comunidad cristiana evangélica para que vote por Bush. Quizás esto explica porqué el presidente parece muy tímido para realmente condenar a Robertson.

Bob Edgar, líder del Concilio Nacional de Iglesias, que cuenta con 45 millones, dijo que el llamado de Robertson en favor del asesinato es “horrorizante”. Edgar condenó al televangelista por ignorar “miles de años de ley judeocristiana, incluyendo el mandamiento de que No Mataréis”.

Parece que Robertson pensó que encontró una escapatoria en los Diez Mandamientos.

Robertson hizo su declaración pronto después de que Rumsfeld regresó de un viaje a Sudamérica. Rumsfeld presionó a los gobiernos de la región a que rechacen las aspiraciones democráticas hacia la izquierda de los pueblos y aislar a Venezuela (junto con Cuba). La declaración de Robertson puede ser para ver como reacciona el público norteamericano a la idea de una nueva intervención o asesinato estadounidense en la región.

El llamado de Robertson fue por el terrorismo — el asesinato de un Jefe de Estado elegido democráticamente. Este llamado es aun peor cuando esta administración actualmente está protegiendo al admitido terrorista Luis Posada Carriles que Venezuela quiere extraditar para juzgar por el atentado contra un avión de pasajeros cubano donde mataron a 76 personas.

La Comisión Federal de Comunicaciones debe ser forzada a investigar a Robertson y su “700 Club”. Actos criminales — como esta amenaza de muerte — no debe hacerse en las ondas públicas.

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